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Ciclismo Femenino

«El planeta encontró un respiro que desafortunadamente ha cobrado muchas vidas»: Ana Sanabria

Ana Cristina Sanabria, una de las ciclistas más influyentes en el crecimiento del ciclismo femenino, es también una mujer de conciencia y conceptos ecológicos raizales, de cuna, de convicción. Tanto así que aún en medio de sus rutinas profesionales ha librado discusiones con algún despistado que por equivocación lanza sus desechos por la vía en lugar de buscar un recipiente cercano para no alterar el estado de la naturaleza.

«Las vías de la carretera son llenas de basura y como ciclista me duele mucho que le pase esto a la naturaleza. A veces recogía esa basura. Cuando voy en el lote les digo a mis compañeras que a la próxima las hago devolver para que recojan los papelitos. La gente se ofende, me dice que qué me importa, que haga lo mío, pero a veces sí se quedan como pensando. Una vez le di 2000 mil pesos a un vendedor ambulante para que le dijera a un señor que se le había caído un papel», cuenta Ana Cristina, ambientalista de alma, pues su relación con la naturaleza nació en los cultivos de cebolla de la finca de Zapatoca, donde nació y creció entre verdes campos.

La santandereana interpreta el aislamiento preventivo como una especie de reconstrucción de los recursos naturales. «Muy en el fondo me siento un poco feliz porque por fin el planeta encontró un respiro que desafortunadamente ha cobrado muchas vidas. De cierta manera esto es algo muy bueno que le pasa al mundo y a nosotros también para darnos cuenta que tenemos muchas cosas materiales sin darnos cuenta que destruimos el planeta, que el oro no es más importante que el agua», reflexiona la tricampeona de la Vuelta a Colombia Femenina y múltiple ganadora de eventos nacionales y continentales.

«Lo veo (la situación del Covid-19) desde las personas que nos gobiernan, desde las empresas que están acostumbradas a invadir y a conseguir lo que sea. Nos vamos de este mundo y dejamos son problemas, creo que esta es la manera de hacer conciencia, vienen cosas más fuertes, están sucediendo temblores, lluvias, los incendios. Eso es una forma de que en estos momentos reflexionemos desde casa y aportemos pequeñas ideas para mejorar esto», afirmó la campeona nacional de contrarreloj en una charla llena de contrastes de su vida personal y deportiva realizada a través de un Instagram Live realizado por la cuenta oficial @fedeciclismocolombia.

«Tengamos un poco más de paciencia, reflexionemos sobre el medio ambiente, una de las cosas que nos puede agradecer un buen acto es la naturaleza. Muchas veces creemos que vamos solos y hay un ser superior. Yo sé que es difícil, que no todos tienen las comodidades. Si quieren un consejo y un apoyo cuenten con un deportista. Entre más nos quedemos en casa, saldremos más rápido de esto».

Consulte aquí las frases más destacadas de la charla:

Su liderazgo en el lote: «Una de las cosas que me ha caracterizado es que trato de tener buena convivencia con todo el lote y aportarle a las nuevas generaciones. Por ejemplo, a Paula Patiño que es muy buena corredora, alguna vez le aporté y ella igual a mí. Lo asumo tranquila porque esa es mi esencia, lo que hago lo hago desde el corazón, dándoles buen ejemplo y mostrando que desde la rivalidad en competencia también se pueden hacer cosas».

Jorge Tenjo: «un entrenador que me ha ayudado mucho, no solo con medallas porque eso queda en el palmarés, sino que me ha ayudado a ser mejor persona».

Su referente de inicio: «me insipiraba mucho en María Luisa Calle, a mi papá le gustaba mucho el ciclismo y me mencionaba mucho a ‘Lucho’, a ‘Cochise’, a todos estos grandes de la época».

Equidad de género: «el tema del salario ha mejorado, por lo menos ya hay alguna tranquilidad, ya tenemos fotógrafos dedicados. Aún falta, creo que falta a referencia con los hombres, pero es emocionante ver que ahora los pueblos están llenos cuando pasamos en la Vuelta a Colombia. El Campeonato Nacional fue transmitido en directo por primera vez, la gente nos hacía barra, fue emocionante».

Su rol como gregaria: «como todo ser humano cometo mis errores, creo que siendo líder también a veces me ocupo de ser gregaria, me han regañado mis compañeras, el mismo profe Tenjo me decía: ‘¡ahorrese! A veces me pongo en los zapatos de mis compañeras, sé que es difícil ir por líquido y volver a subir. Las veces que he estado afuera como gregaria ha sido igual, lo hago de buena manera porque cuando gana una compañera se siente que tu trabajo valió la pena».

Experiencia olímpica: «fue algo demasiado grande, siempre trato de recordarlo. En esa época estaba en racha ganando todo aquí en Colombia, fue algo muy emocionante, lo disfruté al máximo. Nunca había compartido con ‘Rigo’ (Urán), con Sergio (Henao) ni con Esteban (Chaves), fue algo muy emocionante. El ambiente que se vivió en la Villa fue algo de locos, sentir esa energía de todos, que pelean por lo más grande del mundo es muy bonito. Esteban era con uno de los que más hablaba. En el circuito había un kilómetro de pavé y él me dijo que soltara un poco los brazos, un consejo muy valioso que no se me olvida nunca».

Foto olímpica: «Le pedí una a Oscar Figueroa cuando el oro en pesas, me dio pena pero no la podía dejar pasar. Cuando estaban en el comedor se sentía la fiesta, fue muy emocionante coger esa medalla, saber cuánto pesaba, fue muy emocionante. Es una foto que la tengo para mí y que aún no he publicado».

Olímpicos aplazados: «el sueño sigue ahí, poder regresar a unos olímpicos, pero ha sido más difícil la clasificación. No pude puntuar pero está la opción de que podamos estar no una sino dos ciclistas. Ojalá con este tema podamos seguir disputando puntos para poder estar, cualquiera que vaya es un orgullo para mí, sé lo que se siente estar en una olimpiada».

Su regreso al triunfo: «Dentro de tantas cosas emocionantes, esa ha sido uno de las más grandes. En ocasiones sientes que la victoria no llena tanto y me faltaba sentir ese bajonazo y volverme a encontrar con el triunfo. Saber que tenía los ojos de todo el mundo encima fue demasiado grande, es más un logro personal, de saber que aún puedo dar la pelea. Fue difícil bajarse de ese primer lugar, por ejemplo, en la Vuelta a Colombia, donde venía de ganar tres seguidas y no gané».

Su experiencia en el exterior: «fueron golpes duros, recuerdo que cuando llegué al Servetto Giusta esos dos primeros meses fueron muy buenos, me di cuenta que la infraestructura era mejor que en Colombia, pero el último mes me di cuenta que la calidad humana era muy diferente. No aguanté como ese ritmo, allá pareciera que no le dieran a uno otra oportunidad. Al principio dije: ‘no importa’. Fue una experiencia que aproveché, supe qué era estar allá, no me pagaban un peso pero yo acepté así. Luego estuve en el Mundial, en el Tour de Francia, logré clasificar a la contrarreloj, fue un reto bastante bonito. No se consolidó nada en Europa, entonces fui al Swapit Agólico, aprendí mucho ahí, no me fue muy bien en rendimiento, no me adapté fácil y no pude dar los resultados y terminé volviéndome independiente y pude terminar mi año más o menos bien».

Mundial Bergen 2017: «fue muy bonito, llevaba tres meses deseando encontrarme con alguien de Colombia, no tenía muy claro el idioma y era difícil comunicarme. Venía como de una pálida y reventada y tuve el tiempo necesario para recuperarme. Recuerdo que tenía una gripa fuerte y casi no corro la crono, pero al final fue una buena decisión y conocer un país como Noruega, conocer su ambiente ciclístico, el orden, fue algo muy bonito. Reunirme con ciclistas como Nairo, Miguel Ángel López y Pantano ha sido una experiencia única».

Colombianas en Europa: «el caso de Diana que ha insistido tanto en estar en un equipo extranjero, Sérika que estuvo en Italia mucho tiempo, con ella aprendí y compartí mucho, con Jessica Parra que estuvimos juntas. Esta generación ha insistido un poco más, Paula Patiño ha sido la persona que ha dado el paso a la alta categoría, es un equipo que lo ve todo el mundo. A mí me sucedió algo que es una lección de vida: yo llegué a Europa siendo la número uno en Colombia y allá era la 130. Fue un golpe duro, pero todo tiene su enseñanza».

Homenaje espontáneo en Zarzal: «fue algo emocionante porque no me imaginé que a parte de la rivalidad que se maneja a nivel deportivo, existiera ese cariño tan especial para mí. Vi el video y me tuve que esconder a llorar, me emocioné mucho. Me ven como una amiga, en ocasiones no puedo evitar que algo me moleste pero luego vuelve todo a la normalidad y pido disculpas y las acepto, porque siento que era un momento de carrera».

Sus amigas en lote: «Angie Sanabria, cada vez que nos encontramos estamos de chiste en chiste, Luz Adriana Tovar, Diana Peñuela, con ellas hablo mucho cada vez que puedo».

Cambios en su vida: «tuve que aprender a vivir sola, duré 18 años viviendo en el campo y no tenía ni idea de cómo movilizarme a una ciudad. Luego terminé enamorándome de Boyacá, salí por cuenta propia, me gusta mucho por el clima y la altura, ya llevo seis años viviendo acá. Mi vida no es como la de cualquier otra persona, casi todos mis cumpleaños los paso en eventos con la selección. Por fin creo que la pasaré uno en casa por la situación. Soy muy sola, y es algo que disfruto mucho».

Emprendimiento empresarial: «fue una iniciativa que nació en una Vuelta a Colombia, queríamos hacer una microempresa con unas galletas y café. La idea sigue, ahora está tomando fuerza, esto ayuda a reflexionar. El café es otra de mis actividades favoritas: tomarlo, cultivarlo, hacerlo. Antes de que sucediera esto de la cuarentena hice un curso de filtrados, el café tiene muchas cosas, espero en corto tiempo poderlo imponer y seguir con ese sello tan bonito. Me gusta el café fuerte, tipo expreso que sea ácido y con notas dulces».

Retención en Cúcuta antes del Panamericano 2016: «yo lo único que pensaba es cómo me iba a cargar mis cajas, teníamos que contratar una especie de carretillas para pasar el puente, pero fue una de las experiencias que más disfruté. En Italia también fue muy bonito compartir en el bus jugando guayabita (apuesta de dinero lanzando un dado) con todos, apostando en euros. Nairo es tremendo negociante y sabe cómo hace sus jugadas, y al final nos daba confianza de apostar lo que no teníamos. Al final nos dieron el dinero a  todas las niñas».

La humanidad de los ídolos: «es algo que uno dice: ‘definitivamente la fama es impuesta por el fanatismo’. Antes de eso recuerdo que teníamos un piso solo para nosotros, y Ana (miembro de la delegación de la selección) nos compró un UNO (cartas) para que nos integráramos, y los primeros en llegar a jugar eran Miguel Ángel, Nairo, Winner. Nos sentábamos en el pasillo a jugar, fue una integración muy bonita y esa parte humana de ellos era muy especial. Escuchar sus historias era un lujo. Yo solo escuchaba, no opinaba».

Consejos a las jóvenes: «Les digo que a mí también me dan nervios y me dicen: ‘¡en serio! ¡pero si usted tiene mucha experiencia! Les digo que aquí dónde me ven estoy muerta el susto, es una tensión dura y se me suben mucho las pulsaciones. Me gusta que sepan que uno es de carne y hueso y siente miedo en la carrera más mínima».

Virtudes en la CRI: «es algo que a veces que ni yo me explico, veo los biotipos de la gente que hace CRI, que son grandes, de buena palanca, pero creo que nací con eso. Me gustaba la resistencia, las caminatas largas. Cuando iba al colegio tenía una loma del 35%, a pesar de ser pequeña de estatura, la resistencia es grande de corazón, el profe Tenjo fue hasta la finca, y me dijo: ‘con razón usted es tan buena, subiendo esa loma todos los días’.

Pista: «al inicio cuando llegué a Bucaramanga, llegué a aprender de todo. Fui ciclomontañista, hacía recorridos en ruta, la liga me prestaba la bici para que hiciera 1 o 2 entrenamientos a la semana. Hice pista, me gustaba, me enseñaron técnicas, hice medallas en el velódromo pero luego de unos 3 años me di cuenta que ni el MTB ni la pista me alimentaban el alma. No me sentía cómoda dando vueltas, todo eso lo logré apartar, y a la final terminé disfrutando de la ruta, perfeccionando y trabajando duro».

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