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Ciclismo Femenino

«Me levanto con la esperanza de que volveremos pronto, hago dos o tres horas de rodillo pensando que volveremos a correr»: Camila Valbuena

En diálogo por Instagram Live, a través de la cuenta oficial @fedeciclismocolombia, la bogotana Camila Valbuena habló de  su rol como ciclista y madre, de sus días en cuarentena y de lo rápida que fue su reintegración al ciclismo profesional tras dar a luz Victoria, su pequeña hija, el ser que ha iluminado su vida y le ha dado una nueva perspectiva a su carrera ciclística.

«Disfruto su crecimiento, cuando estamos en carrera nos tenemos que alejar un poco para concentrarnos en lo que es el ciclismo. Pero siempre la disfruto jugando, conociéndole más cosas. Es la motivación más grande y nos impulsa a montarnos en la bici con más disciplina y más amor», dice una de las ciclistas más destacadas del ciclismo colombiano en la última década.

A sus 23 años, Camila atesora un palmarés de auténtica elegida para el deporte de alto rendimiento. A sus innumerables conquistas nacionales y continentales, se suman el título mundial juvenil de pista (2014), y recientemente, tras volver al pelotón más importante del país, las platas del Nacional de ruta (CRI y Fondo) disputado en el departamento del Meta 2019, el subtítulo de CRI en Boyacá 2020 y los subtítulos del Tour Femenino y la Vuelta a Colombia Femenina 2019, eventos en los que solo fue superada por la chilena Aranza Villalón. 

La cuarentena y la crisis que vive el mundo por cuenta del Covid-19 no ha alterado los objetivos de la nueva ciclista del equipo femenino Colombia Tierra de Atletas, donde espera seguir sumando nuevas conquistas. «El año pasado fue el de los segundos lugares y este año mi objetivo está puesto en la Vuelta a Colombia. Esperar qué nos trae la vida. Uno de los sueños que tengo es estar en una olimpiada, poder estar en el ciclismo europeo en un giro de italia (Rosa, la versión femenina)». 

Aquí, algunas de las frases destacadas durante la charla:

Su vida de madre y ciclista: «es difícil, pero para mí, personalmente, no hay nada más bonito que la llegada de ella. Antes vivía un poco más relajada, no me preocupada por mayor cosa, pero con ella todo cambió totalmente».

En carrera y sin hija: «es bastante difícil y duro. Mi mamá nos ayuda mucho y si Wilmar (Paredes, exciclista profesional del Manzana Postobon) está en Medellín nos ayuda la mamá de él. Pero es el esfuerzo de cumplir mis sueños y darle a ella un buen futuro. Me toca entrenarme sicológicamente muy bien cada que salgo, es duro, pero se va a sentir muy orgullosa de mamá».

Tenerla en carrera: «me encantó tenerla conmigo en los Juegos Nacionales y lo voy a hacer cada que pueda. Le gustan las bicicletas y cuando me ve sabe que soy yo, es bonito irla familiarizando con el entorno».

Su padre, mentor de su carrera: «fue algo muy bonito, porque él fue el que me impulsó a ser ciclista. Desde pequeña siempre me gustó la bicicleta, mi padre fue un ciclista frustrado y para él era bonito ver a su hija como ciclista. Yo empecé en la pista con el profe Marco Tulio Ruiz, y él iba conmigo todos los días a todos los entrenamientos, siempre está cuando puede».

Su vida en pareja: «creo que al ser los dos ciclistas nos entendemos y nos ayudamos mucho. Él entiende cuando estoy en carreras, nos dividimos todo, tenemos claro lo que es salir a competir, eso nos ayuda mucho a hacer un buen equipo. Me ayuda mucho, me hace forzar y me regaña cuando no estoy haciendo las cosas bien».

Apoyo a Wilmar tras la suspensión por dopaje: «lo he tratado de apoyar en todos los aspectos, no es fácil, sigue siendo algo bastante duro pero creo que lo entiendo completamente y trato de apoyarlo, darle moral. Eso ha sido un golpe sicológico y todavía se trabaja para salir de ese golpe emocional tan fuerte. No todo en la vida es ciclismo, es un deporte bonito y nos puede llevar a cosas hermosas, pero desafortunadamente es un deporte desagradecido, puede que hoy lo tengas todo y mañana no sabes, por eso siempre hay que tener un Plan B. Nos inclinamos por el lado de la Pizzeria (Rimini, ubicada en el barrio Villaluz en Bogotá), no ha sido fácil, pero todo cambio es complicado hasta que se hace llevadero. Ahí vamos poco a poco, tenemos proyectos a parte del ciclismo, esperemos que pase rápido el Covid-19»

La Pizzeria: «en este momento estamos bloqueados, no hemos podido abrir y tal vez abrir, así sea para hacer domicilios, implicaría pérdidas. Creo que la gente prefiere comer en casa y no pedir domicilios. Hasta el momento estamos a la expectativa de lo que diga el gobierno, lo único que nos preocupa ahora son los empleados».

Solidaridad: «la empresa de mi papá (Construval, una de las principales contribuyentes en equipos de ciclismo) recaudó unos mercados para ayudarlos de alguna manera. Mi papá sí tiene maquinaria trabajando pero ha afectado a todo el mundo, han hecho lo posible para no cancelar contratos y están a la expectativa para empezar a trabajar en las obras».

Su nuevo equipo: «el equipo ha sido muy consciente de todo lo que ha pasado, ellos nos han enviado trabajo para la casa. Tanto el staff como los corredores tienen que cumplir con ciertas cosas, pero de competencias si nada. Pienso que nosotros como ciclistas profesionales siempre tenemos que estar preparados para lo que pueda pasar, si en un mes podemos salir tenemos que estar en forma óptima, trato de mantenerme en forma, no pierdo la esperanza de que este año podamos correr, estamos a la expectativa. Nos han utilizado para hacer campañas, quedarnos en casa, poder entrenar, tratar de mantenernos en forma pero en casa y cumpliendo con todas las precauciones».

Rutinas: «ahora estoy entrenando con zwift y trato de imaginarme que estoy en carretera, me doy leña, es una aplicación muy buena y no se aburre uno en el rodillo, se hace fortalecimiento».

Mentalidad: «desde el momento que supe que estaba en embarazo nunca se me pasó por la cabeza retirarme, siempre tuve en mente que mi hija iba a ser un impulso para cumplir mis sueños. Así la gente dijera mil cosas no iba a desfallecer por eso. Durante el embarazo traté de montar en bici, siempre activa. Después del embarazo entrené con disciplina y sabía que después de que naciera tenía tres meses para estar en el nacional y que tenía que estar allí sí o sí. Siempre me guié porque tuve un embarazo sano, por ser deportista de alto rendimiento podía seguir entrenando con precaución y en Coldeportes (hoy Mindeportes) y el IDRD me siguieron apoyando».

El nombre de su hija: «Ana, es mujer de Dios, y Victoria, mujer triunfadora, es el significado del nombre».

Su regreso: «el nacional que fue en Villavicencio, creo que es la carrera de mi vida. Llevaba 3 meses de ser madre y conseguí dos medallas de plata, cuando solo una persona creyó en mí, que fue el profesor Jorge Tenjo. ÉL me tendió la mano de una manera espectacular, y me dijo que solo había dos cupos para la CRI, me dio esa oportunidad de regresar y empezar con pie derecho. En ese ese nacional me di cuenta que el 80% es la mentalidad y el 20% las piernas».

Regresar sin apoyo: «Contigo siempre estarán cuando estás en los buenos momentos, y cuando estás en los malos son contados los que están contigo. Sirves cuando estás dando la gloria y cuando estás triunfando y en un momento de bajonazo te dan la espalda la mayoría, pero creo que no es en el ciclismo sino en todo los momentos de la vida».

Mundial de Corea: «me dio el hambre de seguir ganando, allá pasaron cosas que no hubiera creído: ser campeona del mundo. Cuando llegué era la única mujer representando a Colombia, iba con cinco hombres, no tenía con quien hablar, fue bastante duro sicológicamente, fuimos al comedor y veía a las niñas muy grandes, pensaba que no les podía ganar, me desmerité y al principio en las primeras pruebas corrí fatal, si no fue porque Jhon Jaime González me bravea (regañara) en plena prueba no gano. A mí no me dolían las piernas, solo pedaleaba y ya había cogido dos vueltas, solo pensaba en acabar, fue un momento muy bonito. En la noche no dormí, me miraba al espejo, no me las creía. Mi papá se enteró cuando se despertó, ese día no dormí hablando con todo el mundo».

Su relación con Wilmar: «me caía mal (risas), porque todos los paisas me caían mal, eran muy creídos en los Campeonatos Nacionales. En el primer Panamericano en México éramos solo tres de Bogotá y el resto paisas. Un día nos tocó irnos a todos para la pista y empezamos a hablar y vi que este no era tan mala clase (risas). Cuando nos íbamos a devolver, me prestó un buzo, esa fue la excusa para volverme a hablar».

Europa: «creo que sería poner una balanza, y si es una oferta, creo que lo aceptaría porque sería bueno para el futuro de mi hija. Varias veces se me han presentado equipos en Europa pero no pagan, y yo como me voy a ir  para equipos que no me paguen, prefiero quedarme en Colombia donde sí me pagan y estoy cerca de mi hija».

Nuevas generaciones: «las corredoras que han llegado como Marcela (Hernández) y Lina (Rojas) son de mucha proyección en la pista y lo hacen bien. Las dos son fuertes, esperemos que en este proyecto que empieza podamos volvernos a vernos en la pista. El año pasado pasaron cosas que se salieron de control, esperemos que con el nuevo entrenador se puedan hacer cosas bien».

Evolución del ciclismo femenino: «creo que el ciclismo femenino ha venido creciendo desde que se empezó a hacer la Vuelta a Colombia, cada vez se ven más corredoras, se necesita más gente con mentalidad como Carolina (Dueñas, mánager de Evolución Fem), el dueño del Colnago, que quieren ayudar a crecer las mujeres, a mostrar ese potencial y sobresalir. Resalto mucho el proyecto de Carolina. El equipo de Avinal también es muy bueno y ha mostrado compañerismo, y eso es lo que se necesita para que el ciclismo femenino siga creciendo. Las mujeres somos envidiosas y hasta que no cambie eso, se va a afectar el crecimiento del ciclismo femenino».

Ciclismo bogotano: «ha venido evolucionando bastante, la experiencia que tuve con Evolución Fem, para mí ha sido el mejor equipo, se entregaron por mí al 100 por ciento. Fue una cosa muy bacana y eso nos va a ayudar a seguir creciendo».

Equidad de género: «creo que el ciclismo femenino va a seguir creciendo bastante, en la UCI ponen más cosas para mejorar, tratando de igualarlo con el ciclismo masculino».

Televisión en nacionales: «la verdad todas estábamos muy contentas, es una forma de darnos a conocer, la gente nos estaba viendo. Fue un buen momento para aprovechar y dar a conocer el potencial que tienen las mujeres».

Cuarentena: «yo personalmente me levanto con la esperanza de que volvamos pronto, hago dos o tres horas de rodillo pensando en que volveremos a correr. Si no se hace la Vuelta Femenina es porque no se puede, pero si se hace hay que estar preparados».

Ciclista por convicción: «Hay unos que nacen y otros que se hacen. El ciclismo para mí está en la sangre, mi papá desde muy joven montaba bici, y creo que eso se lo heredé a él. Me hice porque me levanto todos los días con  convicción pensando en los objetivos y nunca estoy relajada de decir que no voy a entrenar».

Las nuevas generaciones de la pista: «me siento de la edad (risas), todos son muy bacanos, muy graciosos, llegan a hacer muy buen ambiente y eso es bonito. Eso va formando una familia. El ciclismo lo hace como tener a uno una segunda familia, uno comparte con ellos. La pista ha cambiado mucho porque el medio fondo y la velocidad ahora son más unidos, antes eran por aparte y era un poco incómodo. Ahora somos todos unidos, nos reímos. Es ciclismo de pista sin importar qué modalidad es».

Liderazgo: «yo nací para ser líder, creo que todo es como se presta en el momento, la carretera los pone a todos en su lugar y cada carrera va dando su libreto. Como líder me gusta como lo necesario, trato de ayudarlas en la carrera, de aconsejarlas. Pero si me toca trabajar me pongo con todo. En el campeonato nacional traté de ayudar a Jennifer Medellín y es satisfactorio ayudarlas, me entrego 100 por ciento por ellas. La plata de Jennifer la sentí como si fuera mía.

Carolina Dueñas: «es una berraca, necesitamos más mujeres así, ella quiere sacar ese proyecto adelante y las ganas las tiene, se mueve».

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